Templo del hospital de san Francisco (el hospitalito)

El guardián más antiguo y su secreto trágico

Ubicado en la esquina de las calles Ibarra y Federico Tena, este pequeño recinto es una joya histórica a menudo ignorada por el turismo masivo. Conocido cariñosamente por los locales como “El Hospitalito”, ostenta el título de ser el templo más antiguo de Pátzcuaro, habiendo abierto sus puertas alrededor de 1545.

Cuna de la Evangelización Su construcción marcó la llegada de la orden franciscana, la primera en pisar la región lacustre. Originalmente, formaba parte de un complejo hospitalario (hoy desaparecido) donde no solo se curaba el cuerpo, sino que se enseñaba la doctrina cristiana, siguiendo el modelo de los hospitales-pueblo de Don Vasco de Quiroga.

Arquitectura y Tesoros A pesar de su tamaño modesto, su valor artístico es inmenso:

• La Portada: Es un ejemplo puro del estilo renacentista del siglo XVI. Observa sus líneas clásicas en la cantera; es una de las pocas estructuras que sobreviven casi intactas desde los primeros años de la colonia.

• El Interior: Dedicado a la Virgen de Guadalupe, guarda un altar mayor con un excelente frontal de madera tallada y dorada, cuidado históricamente por las manos indígenas que construyeron y mantuvieron este recinto.

🕯️ El Privilegio Negado: La Tragedia de Gertrudis Bocanegra Este templo poseía una antigua venia o “Derecho de Asilo”: la tradición dictaba que cualquier condenado a muerte que lograra entrar en él (o tocar sus puertas) obtenía el perdón inmediato de su sentencia.

La historia cuenta un episodio desgarrador: Cuando la heroína Gertrudis Bocanegra era conducida hacia la Plaza de San Agustín para ser fusilada en 1817, la ruta de ejecución pasó justo frente a “El Hospitalito”. Se dice que ella intentó ingresar para reclamar este sagrado derecho y salvar su vida, pero los soldados realistas le bloquearon el acceso, negándole la misericordia y sellando su destino como mártir de la Independencia.

Ubicación: Esquina de Calle Ibarra y Federico Tena. Tip: Para completar la experiencia franciscana, camina unos metros al Templo de San Francisco, donde se encuentra la famosa puerta plateresca.