Natividad de la Virgen: La Fiesta de la Madera y la Fe

A principios de septiembre, tienes una cita obligada a solo unos kilómetros de Pátzcuaro, en la tenencia de Cuanajo, famosa mundialmente por sus muebles de madera tallada, el 8 de septiembre se vive una de las fiestas patronales más vibrantes y generosas de la región: la celebración de la Natividad de la Virgen María.

El Corazón de la Fiesta: Parroquia de Santa María Natividad

Todo gira en torno al templo del pueblo, una edificación histórica de principios del siglo XVII que resguarda la fe de la comunidad. Serás testigo de una devoción viva. El día principal (8 de septiembre) y las vísperas se celebran con misas solemnes que a menudo incluyen la Misa Purépecha, un rito litúrgico que incorpora la lengua, la música y la cosmovisión indígena, recordando que aquí la fe católica echó raíces profundas en la cultura local.

Una Hospitalidad Legendaria: El “Turifo” y el Compartir

Lo que distingue a la fiesta de Cuanajo es su inmensa hospitalidad. Aquí, la celebración no es individual, es comunitaria.

• Los Barrios Anfitriones: Verás cómo los diferentes barrios se organizan para ofrecer alimentos no solo a las bandas de música, sino a los visitantes. Es una tradición sagrada compartir el pan.

• El Menú Festivo: Prepárate para probar lo mejor de la cocina local. Además de las infaltables carnitas y el menudo, el plato estrella es el tradicional “Turifo” (la variante local del ceremonial Churipo). Este caldillo de res con chile rojo y verduras se sirve acompañado de corundas y atole de grano. Comer aquí es comulgar con la comunidad.

Danza, Fuego y Madera

La fiesta es un festín para los sentidos que se extiende día y noche:

• Danzas Tradicionales: Los atrios se llenan con la Danza de los Moros, donde los turbantes y las capas coloridas giran al ritmo de la banda de viento, narrando batallas antiguas.

• La Feria Artesanal: La fiesta religiosa se entrelaza con el orgullo del pueblo: la madera. Podrás recorrer el tianguis y las exposiciones de muebles rústicos y tallados, admirando la destreza de los carpinteros de Cuanajo.

• La Noche de Fuego: Al caer el sol, el cielo se ilumina con la quema de castillos y los tradicionales “toritos” de pirotecnia, cerrando la jornada entre música y alegría.

Nuestra Recomendación: Visitar Cuanajo el 8 de septiembre es entender el verdadero significado de la “fiesta michoacana”: rezar, bailar, crear arte con las manos y, sobre todo, compartir la mesa con el prójimo.