
Dirección
Av. Acueducto , 58260 Morelia, Michoacán, México.
GPS
19.69667286445, -101.16824626923
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🏛️ El Gigante de Cantera que Salvó una Ciudad 💧
Si vienes caminando desde Las Tarascas, prepárate para sentirte pequeño. Ante ti se extiende una hilera infinita de arcos de cantera rosa que parecen no tener fin. Es el Acueducto de Morelia, el monumento civil más grande de la ciudad (con más de 1,600 metros de largo) y el símbolo indiscutible de la capital michoacana.
Pero estas piedras no solo decoran; cuentan la historia de una ciudad que luchó durante siglos contra la sed y de un Obispo que convirtió una crisis humanitaria en una obra de arte.
🏗️ De Canales de Madera a Arcos de Piedra (Siglos XVI y XVII)
Cuando Morelia (entonces Valladolid) se fundó, el agua era un problema serio. Al principio, llegaba por canales de madera y zanjas a cielo abierto desde el Río Chico, lo que causaba que el agua llegara sucia y provocara enfermedades. Aunque hubo intentos de mejorarlo en 1598 (con una tubería hecha por el mestizo Cosme Toribio) y reparaciones constantes en el siglo XVII, la solución definitiva no llegaría hasta el siglo XVIII.
⛪ El Obispo Visionario y la “Obra del Hambre” (1785)
Aquí entra el héroe de la historia: Fray Antonio de San Miguel. En 1785, la región sufrió una sequía terrible que trajo hambre y desempleo. Cientos de indígenas migraros a la ciudad buscando ayuda. En lugar de solo darles limosna, el Obispo decidió darles trabajo y dignidad.
Compró los terrenos de la Hacienda del Rincón (donde nacían los manantiales) y ordenó la reconstrucción masiva del Acueducto que se había derrumbado un año antes.
El dato conmovedor: Esta obra, realizada entre 1785 y 1789, mató dos pájaros de un tiro: salvó a Valladolid de la sed y salvó a miles de familias indígenas del hambre.
🔍 Secretos que Esconden los Arcos
Al caminar bajo ellos, fíjate en estos detalles que pocos notan:
- Los Arcos Perdidos: Originalmente había un ramal que giraba hacia el norte (hacia el actual templo de San Diego). Entre 1896 y 1897, se derribaron entre 12 y 20 arcos de esa sección. ¿La razón? Usaron sus piedras para construir unos lavaderos públicos. Si miras bien cerca de la Avenida Tata Vasco, aún puedes ver los “muñones” o arranques de esos arcos demolidos.
- El Fin de su Vida Útil: Aunque parezca eterno, el Acueducto dejó de funcionar en 1910. El gobierno de Porfirio Díaz y posteriores decidieron modernizar la ciudad con tuberías de hierro y una planta potabilizadora (impulsada por ingenieros como Enrique Guzmán).
- Alimentaba a toda la ciudad: En su época de gloria, este gigante llevaba agua a 30 fuentes públicas y conventos, incluyendo la famosa Pila del Ángel y la del Carmen.
📸 La Postal Perfecta (Más de 1.6 km de Historia)
Hoy, el Acueducto ya no lleva agua, pero lleva la identidad de Morelia. Con sus 253 arcos restantes, es uno de los mejor conservados de México. La mejor hora para visitarlo es al atardecer, cuando el sol poniente hace que la cantera rosa brille con un tono casi naranja, o de noche, cuando su iluminación escénica crea un túnel de luz infinito.
📍 ¿Por qué visitarlo desde Pátzcuaro?
Porque es el cierre majestuoso de tu visita a la capital. Después de recorrer este tramo, habrás caminado por la historia completa de Michoacán: desde la época colonial hasta la moderna. Tip de Visit Pátzcuaro: Si te gusta la fotografía, camina por la calzada peatonal “Fray Antonio de San Miguel” que corre paralela al primer tramo del Acueducto. Es el paseo más romántico y tranquilo de Morelia.

