Templo de Santiago Apóstol: La Capilla Sixtina Michoacana

⛪ La “Sixtina Michoacana”

Al llegar a la pequeña localidad de Tupátaro, te encontrarás con una fachada blanca, sobria y sencilla que no parece ocultar nada extraordinario. Pero no te dejes engañar. Al cruzar el umbral del Templo de Santiago Apóstol, esa austeridad desaparece para dar paso a una explosión de oro, plata y color que te dejará sin aliento.

Estás ante la llamada “Capilla Sixtina Michoacana”, una joya del siglo XVI que resguarda uno de los tesoros artísticos más importantes de América: su artesonado.

✨ El Cielo de Madera (El Artesonado) Lo que hace único a este lugar es su techo. Se trata de un artesonado de madera pintado a mano en el siglo XVIII (fechado hacia 1772), cubierto con láminas de oro y plata. No es solo decoración; es una narrativa visual. Si miras con atención, verás plasmada la vida de Jesucristo y la Virgen María, pero con un detalle fascinante: están rodeados de arcángeles músicos y motivos fitomorfos (plantas y flores) que delatan la mano indígena. Es la fusión perfecta de dos mundos: la técnica europea y la cosmovisión purépecha.

🛠️ El Rescate de un Tesoro (El Factor Luft Pavlata) Lo que ves hoy brilla gracias a una labor titánica. Durante años, este techo estuvo en peligro de desaparecer. Fue gracias a la visión y dirección del maestro Enrique Luft Pavlata (y su equipo del Centro de Restauración de Pátzcuaro) que en las décadas de los 80 y 90 se llevó a cabo una restauración histórica. Luft Pavlata no solo limpió la madera; “curó” el edificio, devolviéndole su esplendor original. Saber esto hace que tu visita sea aún más valiosa: estás viendo una obra de arte que fue rescatada de la extinción.

💎 Más allá del techo Aunque el artesonado se lleva las miradas, baja la vista y observa:

  • El Retablo: Un impresionante altar barroco churrigueresco bañado en oro, presidido por Santiago Apóstol.

  • El Cristo de Pasta de Caña: Una pieza ligera y antigua, elaborada con la técnica prehispánica local (maíz y orquídea).

  • El Piso: Estás caminando sobre tablones de madera originales que crujen a cada paso. Debajo de ellos, se ocultan antiguas tumbas de los siglos XVIII y XIX, lo que añade una atmósfera mística y solemne al recinto.

🌟 NUESTRA RECOMENDACIÓN

Este es un lugar de silencio y detalle. El INAH custodia celosamente este templo, y no siempre permiten tomar fotos con flash (para proteger los pigmentos antiguos), así que prepárate para guardar las imágenes en tu memoria.

El tip de experto: Lleva unos binoculares pequeños o usa el zoom de tu cámara (sin foto) para buscar en el techo a los ángeles músicos. Notarás que sus rasgos son indígenas y que algunos tocan instrumentos europeos y otros prehispánicos. ¡Es el símbolo perfecto del mestizaje hecho arte! 🎺🎻

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