La Candelaria (presentación del niño en el templo)

Luz, semillas y la “Levantada” del Niño Dios

Si visitas el pueblo artesanal de Tócuaro el 2 de febrero, serás testigo de una de las tradiciones más arraigadas en la vida familiar de México: el Día de la Candelaria. Esta fecha conmemora la presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén y marca el fin oficial de las festividades navideñas.

El Poder de las Velas Benditas El corazón de la ceremonia es la bendición de las candelas (velas). Según la creencia popular en la región lacustre, estas velas no son decorativas; se guardan con celo en los hogares para ser encendidas solo en momentos críticos. Como dicta la tradición local:

“Estas velas están destinadas a mitigar las calamidades de la vida (como tempestades o enfermedades graves) y para implorar la asistencia de la Madre de Dios en el trance de la muerte, iluminando el camino del alma.”

La “Levantada” y los Ropones En Tócuaro, verás a las familias caminar hacia la iglesia cargando con sus figuras del Niño Dios, ahora lujosamente vestidas. Es tradición que los “padrinos” (quienes arrullaron al niño en Navidad) se encarguen de comprarle un traje nuevo para esta fecha. Las figuras son vestidas de diversas advocaciones (Santo Niño de Atocha, de la Salud, etc.) y sentadas en canastas adornadas, listas para ser bendecidas por el sacerdote.

Semillas y Tamales Además de las velas, en esta zona agrícola es común llevar a bendecir semillas (maíz, frijol) para asegurar una buena siembra. Y, por supuesto, al terminar la misa, la celebración continúa en las casas con la tradicional tamaliza, pagada por aquellos a quienes les salió el “muñequito” en la Rosca de Reyes.

Ubicación: Templo de San Francisco de Asís, Tócuaro (a 15 min de Pátzcuaro).