8 de Diciembre: La Fiesta de Nuestra Señora de la Salud, “Nana Yurhixe”: Reina y Patrona de Pátzcuaro

El Corazón Espiritual de Michoacán

El 8 de diciembre no es un día cualquiera en Pátzcuaro; es el momento en que la ciudad entera late al ritmo de su corazón espiritual. Se celebra la solemnidad de María Inmaculada de la Salud, la soberana de la región lacustre. Si bien el calendario litúrgico marca la fecha, la devoción del pueblo la vive todos los días invocándola cariñosamente como “Nana Yurhixe” (Madre Virgen en purépecha) o Nuestra Señora de la Salud; una imagen milagrosa cuya historia define la identidad profunda de Michoacán.

El Origen: Pátzcuaro, Matriz de Vírgenes (1536) La grandeza de esta imagen no es una casualidad. En 1536, el humanista y primer Obispo de Michoacán, Don Vasco de Quiroga, encomendó su creación no a escultores europeos, sino a las manos sagradas de los artesanos purépechas. No fue tallada en madera, sino modelada con una técnica prehispánica única en el mundo: la pasta de caña de maíz (Tatzingueni). Esta mezcla de médula de maíz y bulbos de orquídea, ligera y eterna, permitió crear una figura de un realismo conmovedor.

Es fundamental reconocer que Pátzcuaro fue el gran “taller sacro” de la Nueva España: de estas mismas manos y bajo esta misma técnica nacieron las “hermanas” de nuestra patrona, veneradas hoy nacionalmente: Nuestra Señora de Zapopan y Nuestra Señora de San Juan de los Lagos. Así, Pátzcuaro se confirma como la cuna de la fe del Occidente de México.

De “Salud de los Enfermos” a Reina y Patrona Originalmente entronizada en la primitiva Capilla del Hospital, la imagen fue nombrada “Salud de los Enfermos”. Sin embargo, la incesante lluvia de milagros llevó al pueblo a rebautizarla simplemente como Nuestra Señora de la Salud. Tal fue su impacto que en 1737 fue proclamada Patrona de Pátzcuaro y en 1899 coronada con autoridad pontificia.

La Basílica: El Sueño Inconcluso de Don Vasco Hoy, la Virgen reside en la imponente Basílica de Nuestra Señora de la Salud. Este edificio, iniciado en 1543, guarda una historia de grandeza interrumpida: Don Vasco soñaba con una catedral monumental de cinco naves que acogiera a miles de almas bajo un mismo techo. Aunque el suelo lacustre y razones políticas impidieron completar el proyecto, construyéndose solo la nave central, esta bastó para fungir como Catedral hasta 1580 y ser elevada al rango de Basílica en 1924. Es aquí, en el interior de este recinto sagrado, donde se encuentra el Mausoleo de Don Vasco de Quiroga. En este monumento descansan finalmente los restos del eterno “Tata Vasco”, el humanista que entregó su vida por la dignidad de los indígenas.

El Milagro del Fusil (1962): La Fe Indestructible La fama milagrosa de la Virgen tiene pruebas tangibles en la historia moderna. Las crónicas relatan un suceso estremecedor ocurrido el 22 de diciembre de 1962. Un individuo ingresó al templo y, con un rifle de alto poder, disparó diez veces contra la imagen a corta distancia. Lo inexplicable sucedió ante los ojos de los testigos: las balas dirigidas al rostro y al cuerpo no lograron penetrar la frágil caña de maíz. Algunas se desviaron desafiando la física y otras cayeron aplastadas, sin fuerza, ante el pedestal. Incluso el cristal del camarín resistió el primer impacto. Como mudo testigo de la protección divina, el rifle y los fragmentos de aquel cristal se conservan hoy en la sacristía de la Basílica.

Visitar Pátzcuaro el 8 de diciembre, o cualquier día del año, es encontrarse con esta historia viva de fe, arte indígena y milagros que ha perdurado por casi cinco siglos.