Una joya de la arquitectura virreinal que domina el paisaje del pueblo. Su atrio y su interior resguardan la fe de una comunidad que celebra sus fiestas patronales con un fervor que eriza la piel. Un espacio de paz ideal para la fotografía y la reflexión histórica.
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Aquí no hay restaurantes de lujo, hay algo mejor: los fogones de las Maestras Cocineras. San Jerónimo es famoso por conservar recetas prehispánicas casi intactas. Es el lugar ideal para probar el churipo, las corundas y el pescado en sus preparaciones más honestas y deliciosas.
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